Ordenes Nocturnas

Escrito por: _slave26_

Eran las 4 de la madrugada y sonó un mensaje de grinder en el móvil. No suelo hacerle mucho caso ya que rara vez encuentro algo que me interese en él. Pero estaba aburrido y para variar me costaba dormir.

El mensaje decía: Anda mira, si tenemos una zorrita aquí. Baja al baño del garaje desnudo. El perfil estaba vacío, sin foto ni ninguna información, pero salía a 50 metros. As que imagine que se trataba de alguien del edificio

Volvió a sonar. Venga zorra que no tengo todo el día.

Seguía inmerso en mi mar de dudas, pero al mismo tiempo la situación era interesante. Estaba claro que me conocía, y me mataba la curiosidad. Mi novio dormía a mi lado.

Un nuevo mensaje. Cerda, o bajas ya, o se acabó.

No puede evitar contestar: si señor. Salí de la cama con cuidado y cerré la puerta de la habitación para hacer el menor ruido posible ya estaba desnudo así que simplemente cogí las llaves y me dirigí a la puerta.

Al ser tan tarde pensé que no habría demasiado peligro de cruzarme con nadie, pero si es cierto que el portal estaba particularmente frío. Sentía como ese frío subía a través de mis pies a medida que yo bajaba las diferentes plantas, intentando evitar el ascensor y haciendo el menor ruido posible.

Cuando llegue al baño del garaje le avise. Un nuevo mensaje no tardó en llegar: Sabía que eras una cerda, pero no que sería tan fácil. Ahora la mierda que eres vas a meter la cabeza en el WC y vas a esperarme así. No quiero que la saques bajo ninguna circunstancia. Si lo haces te parto la cara de idiota que tienes a hostias.

No sabía qué hacer. Me daba un poco de miedo la situación, pero también morbo. As que respondí si señor e hice lo que me ordenó.

Alguien había meado en el wc y no había tirado de la cisterna. Mierda pensé. No sabía si hacerlo yo, pero pensé que quizás lo había preparado mi anfitrión, así que no me atreví.

Pasaron los minutos, estaba a cuatro, con mi culo expuesto a cualquiera que entrara en el baño, que no dispone de seguro. Y mi cabeza dentro de la taza a apenas un cm del agua que olía poderosamente a meo. La verdad es que en ese momento me di cuenta como de ruidoso es el silencio. Aguas en cañerías, ruidos extraños y el ascensor funcionado a unos cuentos metros

Pensé que estúpido por encontrarme en esa situación, mientras mi novio seguía durmiendo, y como pasan muchas veces la cabeza se me lleno de dudas que competían con la adrenalina del momento. Y de repente la puerta se abrió. Oí sus pasos, probablemente llevaba deportivas por el tenue sonido.

Note como se acercaba a mí, y no me atreví a moverme. Toco mi ano expuesto mientras empujaba mi cabeza más abajo con la otra mano, y mojama mi cara y pelo con la mezcla de orina y agua. Me moví intuitivamente hacia arriba , pero me sujetaba con fuerza.

Me susurro al oído – zorrita, mientras me obedezcas lo pasaremos bien. Yo mejor que tu, pero tú también disfrutarás… creo. Era una voz de un chico joven. Seguramente el hijo de alguno de mis vecinos.

Me hizo abrir la boca, e introdujo en ella una tela, luego vería que era un calcetín sucio impregnado en poppers. Prácticamente hizo efecto inmediato. Sentí como mi culo se abría a medida que cualquier duda se disipaba. El Popper me vuelve extremadamente sumiso.

Oí como se bajaba el pantalón y se ponía el preservativo mientras me decía que así es como teníamos que estar los cerdos. Escupió en mi culo y de una sola embestida la medio hasta el fondo. No dolió demasiado. El Popper había hecho su efecto y yo estaba completamente abierto.

Mientras me follaba me murmuraba al oído las cosas que quería hacer con una zorra como yo. Ya no me importaba que mi cabeza entrase y saliese del agua empujada por su brazo mientras me taladraba. NO se cuento tardo en correrse. Yo no estaba ya nada lucido.

Cuando acabó, tomo el condón y lo metió en mi boca junto al calcetín. ME susurró - Cuando me vaya sacaras la cabeza, lo cojeras y lo vaciaras en el suelo. Y vas a grabar un video que me enviaras lamiéndolo. Pero antes …. Comenzó a mearme en la nuca. Cómo te has portado bien te dejare limpiarte. Entonces tiró de la cisterna.

El agua fría me despejo un poco, e hice un esfuerzo por mantener la cabeza dentro.

Mañana te quiero aquí de nuevo dijo mientras cerraba la puerta y yo me disponía a cumplir su última orden.