El Fag de Eric 4

Escrito por: Switchpoblano

Perdonen la tardanza, me salía un aviso de quitar el “modo seguro” y tardé en entender que era de la app

“En mi casa a las dos de la tarde” dice un mensaje de Eric que recibo a media mañana. Paso toda la mañana caliente. Tengo clase de cuatro y en mi limitado entendimiento del deber de un fag pienso que puede usarme de 2 a 3:30 y liberarme para volver a la universidad antes de mi clase.

Cuando camino por los pasillos para cambiarme de salón tengo que ponerme la mochila al frente para disimular una erección que simplemente no puedo bajarme. Haberme ido ayer de su casa sin poderle mamar la verga me ha dejado en un estado de calentura permanente, es una sensación nueva que jamás había sentido, tengo sentimientos encontrados: tengo ansiedad, calentura, enojo y frustración.

Mis planes de volver a las cuatro empiezan a flaquear cuando toco la puerta y no me responde nadie. Busco en la maceta y encuentro la llave. Entro a su casa -¿Eric?- lo llamo tímidamente con miedo a que por no llamarlo “Señor” me eche de ahí sin haberme dejado mamársela.

Compruebo que no hay nadie, reviso su cocina y la mantiene limpia, luego su baño y lo veo también limpio y ordenado… “al menos no tengo que limpiar” pienso y abro la puerta de su cuarto.

Lo que veo me horroriza: Eric ha vaciado su closet por completo, hay ropa sobre la cama, zapatos regados por todos lados y los objetos de sus cajones están amontonados sobre una silla al fondo de su recámara

“No llegaré a clase de cuatro” me digo resignado mientras analizo la mejor forma de ordenar aquel desastre.

Me desnudo antes de empezar a ordenar porque pienso que si Eric llega a mitad de la faena es como querrá encontrarme… me ha quedado muy claro estos días que Eric no me hace desnudarme porque le excite verme desnudo, de hecho he estudiado la forma como me ve y sé que no le da ningún placer ver mi cuerpo sin ropa… Es la humillación que me produce desnudarme para él lo que lo excita. Lo he visto sentirse grande y poderoso después de verme sin ropa y yo me quedo satisfecho al ver que al menos así, humillándome para él logro excitarlo.

Acomodar el closet me lleva una eternidad, mientras lo arreglo descubro un cajón que no ha vaciado, está lleno de pantaletas y tangas femeninas… por instantes pienso que Eric es de esos hombres héteros que les excita vestirse de mujer, pero luego descubro que cada uno es de tallas distintas y huele a un perfume diferente “son sus trofeos” pienso sorprendido “este cabrón guarda los calzones de todas las viejas que se ha cogido”… los cuento por ocio, son 57… cada uno diferente y cada uno expresa la personalidad de las chicas que lo usaron: tangas, pantaletas, encajes, colores oscuros, colores brillantes… juego a adivinar cuáles son de las chicas de teatro aunque no tengo nombres de sus romances.

El closet queda en perfecto orden a las nueve de la noche. Me siento nuevamente en el sofá y me hago edging, sé que si me vengo lo descubrirá y no quiero disgustarlo, me conformo con sentir como se acercan los orgasmos y parar, me como el precum para no manchar nada y mi calentura es tan grande que en dos ocasiones casi me vengo y tengo que levantarme y caminar para que se me pase la ansiedad de venirme de una vez por todas .

Eric llega a la media noche, oliendo a alcohol y a tabaco, como siempre.

Nuevamente me tiro al piso cuando lo escucho abrir la puerta. Pero esta vez he tenido tiempo para planear y quiero ir más lejos, humillarme más para él, con tal de convencerlo de que me permita mamarle la verga.

Me acuesto en el piso, boca abajo, completamente postrado para él- buenas noches Señor, por favor le ruego que me permita mamarle la verga- le digo avanzando hacia él con decisión arrastrándome en el piso como un gusano.

El piso está frío y el tacto del suelo con mi glande hinchado de tanto edging es una sensación entre placentera y dolorosa.

-Por favor, se lo suplico- le digo sujetando sus tobillos. Eric viste un short, trae en los pies unos tines y unos snickers. Se queda quieto mirándome postrado agarrando sus tobillos y repitiendo mis ruegos, una sensación de victoria me recorre el cuerpo, “al menos hoy me ha mirado” pienso sin reparar en lo patético de mi situación al celebrar que quien antes era mi amigo se detenga unos instantes a mirarme.

Eric se gira obligándome a soltarle uno de sus tobillos, continúo con la cara postrada en el suelo y sujeto su otro tobillo con mis dos manos. Haciendo un esfuerzo me arrastra por el piso caminando hacia la cocina.

Me prenso con fuerza de su tobillo para no soltarme y permito que me arrastre como un pantalón que se queda en su tobillo Mi cuerpo se desliza por el suelo, la fricción del piso con mi glande me pone en peligro de venirme aunque a ratos los huevos se aprietan tanto que el dolor me aminora la calentura

En la cocina Eric se sirve un vaso de agua igual que la noche anterior y bebe dos sorbos, luego tira el agua en el piso camina pasando una y otra vez por el charco haciendo que mi cuerpo se moje en él. Mi torso, mi abdomen, mi verga y mis piernas quedan mojadas.

Después se agacha y escupe en el piso unas veinte veces haciendo un charco de saliva en el suelo, yo continúo con mi serie de ruegos - se lo suplico, se lo imploro, por favor Señor, tenga Piedad- repito varias veces, Eric camina por el charco de saliva haciendo mi cuerpo se llene de ella. Se sienta en una silla y me ordena girarme, lo obedezco soltando su tobillo.

Quedo acostado debajo de él y pongo mis brazos a los costados, Eric se agacha a escupirme en la cara, lo hace una, dos, cinco veces, diez veces. De la frente a la barbilla escurro saliva y siento su aroma que lejos de darme asco me excita.

-Abre la boca- me ordena y obedezco - abre los ojos- me esfuerzo para abrirlos aunque están llenos de escupitajos, se me irritan un poco al abrirlos a la fuerza y miro un hilo de saliva abundante que escurre de su boca y cae lentamente hacia la mía, depositándose suavemente en mi lengua- traga- obedezco de inmediato, me patea con su zapato en el hombro- se dice “Gracias Señor” - respondo agradecido.

Eric se sirve otro vaso de agua, lo bebe completo mientras se quita el zapato presionando su talón contra mi barbilla. Deja el zapato sobre mi pecho y me pone el pie en la boca - quítame el calcetín con el hocico- me ordena, muerdo el calcetín y Eric se mueve despacio para quitárselo aprovechando mis dientes - mastícalo un rato- me meto completo el calcetín sin usar mis manos y lo mastico me cuesta trabajo tragar saliva por la posición así que me giro ocasionalmente para tragarla.

-Escúpelo- me ordena aprovechando que me giro mientras se levanta a servirse un tercer vaso de agua, cuando regresa me pone la planta de su pie en la boca y comienza a pasearlo por ella- lame pendejo- me ordena y sacó mi lengua para lamerlo… puedo ver desde donde estoy la cara de placer de Eric al pasar su pie arriba y abajo por mi cara - ya por fin estás donde perteneces, a mis pies- me dice quitándose el otro zapato y su calcetín.

Ambos pies pasean por mi cara y mi boca, yo mantengo la lengua abierta y trato de alcanzarlos para lamer… jamás en mi vida había lamido los pies de nadie, si alguien hace una semana me hubiera dicho que lo haría me hubiera llenado de asco… pero es Eric, sus pies huelen fuerte pero es Eric… apestan a sudor pero son los pies de Eric… no solo aguanto el mal olor, simplemente lo venero.

Sus pies son tan grandes como sus manos, largos y con dedos bien proporcionados.

Eric se levanta de la silla y se sube en mi abdomen, pongo el estómago duro para aguantar. Se gira sobre mi para mirarme de frente - junta tus pies, ponlos bien juntos- me ordena escupiéndome en el pecho- tengo la boca apretada para poder mantener el abdomen tenso, así que no digo nada simplemente obedezco.

-Si te quejas me detengo- me dice y no comprendo a que se refiere, pero de inmediato se quita la playera que trae puesta y al mismo tiempo pone su pie sobre mi verga y mis huevos.

Veo Estrellas, simplemente Estrellas por dos razones: el cuerpo semi desnudo de Eric para mi y al mismo tiempo el dolor que me produce tenerlo subido en mis genitales, comprendo que no debo hacer ruido. Con mucha pericia Eric balancea su cuerpo haciendo que a ratos su mayor peso recaiga en mi abdomen y a ratos en mi verga y huevos.

Eric se desabrocha con toda calma el cinturón, lo saca del short despacio, quiero gritar de dolor pero aguanto sin hacer siquiera un respiro fuerte por miedo a que se detenga “ya estoy tan cerca de mamarle la verga” pienso

El short cae rápido por sus piernas peludas cuando Eric lo desabrocha, trae una trusa roja, me quedo quieto esperando que se la quite, pero se queda parado otro rato reposando su peso en mi abdomen y luego en mis genitales. Trato de ignorar mi dolor mirando desde abajo sus glúteos que aunque no muy grandes son carnosos y tienen una forma armónica con el resto de su cuerpo delgado.

Finalmente se baja el bóxer despacio, al inclinarse para bajarlo hace un peso mayor en ambos puntos de apoyo y estoy a punto de gritar, mi cara se pone colorada del dolor y el esfuerzo… finalmente se baja de mi y yo lanzo un suspiro quejoso, un respiro que es casi como un lamento contenido.

-Mírala, ¿la quieres?- me pregunta meneándosela junto a mi, la tiene bien dura y gruesa… en verdad la deseo

-Si Señor por favor- respondo respirando agitado aún, los huevos me duelen pero no me atrevo a sobarme

-Todavía no te he castigado lo suficiente- me dice arrodillándose con las piernas ambos lados de mi pecho, su culo carnoso y bien peludo me queda en la cara- lame- me ordena.

Levanto la cabeza y Eric se acerca a mi cara para que lo alcance. Es tremendamente incómodo lamerle el culo así, con su cuerpo sobre mí pero hago un esfuerzo… huele fuerte, muy fuerte… a sudor, a hombre, a él.

Eric se pone en cuclillas y me empuja la cara con su brazo - lame bien puto, no es un pinche premio es un castigo- me dice empujándome con fuerza la cara entre sus glúteos

-Baja la cabeza- me dice soltándome la nuca, lo obedezco, Eric se tira un pedo y se ríe- mete la cara rápido- la meto y me pega en el abdomen con el puño ligeramente fuerte- aspira cabrón… huele- aspiro aquel hedor… no hay manera de disfrutar algo así… pero me queda claro que es un castigo y lo recibo resignado… el olor tarda en desaparecer, siento mareos y me siento sucio…

-Sigue lamiendo- me ordena permaneciendo en cuclillas y mirando al frente. Paso mi lengua por sus pelos rasposos que húmedos se pegan a la parte interior de sus glúteos, alcanzó levemente su ano y lo lamo con deseo…!2/ un castigo que me da placer y me siento honrado de que Eric me permita estar tan cerca de su apretado ano.

Conforme voy lamiendo mi verga vuelve a ponerse dura, Eric se estira para agarrarla sin mover su culo de mi cara- esta chingadera va a aprender a obedecerme - me dice dándole un par de golpes con su manota abierta

Eric se levanta- vístete- me ordena, corro a la recámara y me pongo mi ropa, “no ha visto lo que hice para él” me digo “ni siquiera me ha dado las gracias”

Regreso a la cocina y Eric bebe otro vaso de agua- a tu lugar- me ordena y me coloco boca arriba debajo de él. Eric se agarra la verga y ante mi mirada sorprendida me orina con la ropa puesta.

-Hoy quiero que aprendas dos lecciones: la primera es que a mi nadie me deja esperando dos días por una respuesta. Eres un fag pero si vas a ser mi fag quiero respuestas indemediatas “si Señor” es siempre la única respuesta.

Eric se queda callado y dirige el chorro de meos a mi cara, llenándome completamente de ellos, luego regresa el chorro a mi pantalón, mojándome la entrepierna- la segunda es que no estas aquí para tu placer sino para el mío- Eric termina de orinar y se sacude la verga sobre mí dejando caer algunas gotas extras en mi cara- tu conmigo vas a recibir solo dolor y humillación, yo voy a recibir placer cuando quiera y como quiera.

Me quedo tendido en un charco de meados, mi ropa entera está empapada. El olor es terrible, huele fuerte, muy fuerte

-Vete, yo voy a limpiar tus porquerías- me dijo y por dentro me lleno de ira “¿mis porquerías?… ¿otra vez me va a mandar a dormir sin dejarme mamar su verga”… no le digo lo que pienso, al contrario, me levanto - Gracias Señor, buenas noches- respondo y avanzo a la puerta chorreando meados, haciendo un esfuerzo por no dejar muchos orines regados en su casa.