El Fag de Eric (Final)

Escrito por: Switchpoblano

Es sábado por la tarde, me he pasado todo el día esperando un mensaje de Eric.

Confieso que me masturbé muy temprano en la mañana, estaba demasiado ansioso y caliente. Acostado sobre mi cama, desperté con la verga dura como un tronco, cerré los ojos imaginándome tirado en el piso mirándolo desde abajo meneando su gruesa verga preguntándome si la quería…

Repetí esa imagen en mi mente una y otra vez hasta que en chorros y chorros de semen salieron disparados en medio de un poderoso orgasmo… terminé bañado en mi leche respirando agitado y deseando mamarle la verga más que nunca.

Pensé que con aquella masturbación me liberaría de mi ansiedad, pero el alivio duró nada… en menos de una hora estaba pegado al teléfono rogando en silencio que me escribiera.

Mis amigos insistieron en que fuera con ellos a beber un rato, apenas llegamos al bar recibí su mensaje “el gimnasio de la universidad en 20 minutos”. Estaba a veinte minutos de la universidad - me surgió algo - dije apenado una y otra vez y salí a toda prisa hacia la universidad. Como hay dormitorios las instalaciones están abiertas los fines de semana.

Cuando entro al gimnasio recibo un nuevo mensaje de Eric “desnúdate y espérame en el vestidor”. El vestidor está casi vacío, hay dos muchachos cambiándose, entro y me encierro en un WC para esperar a que se vayan. Escucho a Eric hablando con unos amigos en la entrada del vestidor

-Voy a bañarme aquí de una vez- les dice- tengo una fiesta- lo escucho despedirse de sus amigos y saludar por cortesía al par de chicos que aún se cambian en la zona de los lockers. Me desnudo en el WC para estar listo y escucho a Eric entrar a la zona de sanitarios, abro el pasador para que vea que estoy ahí, el abre la pequeña puerta del privado y me mira- espera hincado fag, ya sabes tu lugar- me dice muy quedo para que nadie escuche.

Me arrodillo junto al retrete y lo veo orinar en los mingitorios a través de la puerta semi abierta, se baja el short que trae puesto hasta debajo de sus glúteos para mear, lo hace a propósito, no por darme el placer de verlo sino para humillarme haciéndome desear lo que no puedo tocar.

Los chicos del vestidor se van - sal- me ordena e intuyo que quiere que vaya a cuatro patas hacia él.

Me hace seguirlo como un perro hasta l- zona de lockers y se sienta en una banca - límpiame las axilas- me dice levantando su brazo, trae una playera sin mangas que deja bien expuesta su axila peluda, con pelos lacios, largos y negros, húmedos por el juego de basketbol que acaba de tener.

Acerco mi cara y aspiro su aroma, huele tremendo, lo penetrante de su olor me calienta tremendamente. Lamo aspirando y tragando su sudor, mi cara se impregna de su aroma de Hombre y sus pelos se sienten rasposos en mi lengua. El sabor amargo y salado de su sudor me excita enormemente.

Cuándo voy a lamerle la otra axila se quita la playera. Su piel es tan tersa y el tacto con mis mejillas me prende muchísimo. Tiene el pelo lampiño, unos mechones de pelos lacios alrededor de sus pezones que me parecen estúpidamente sexys

-Los pies- me ordena cuando he lamido un buen rato su axila; si Ayer el olor de sus pies era fuerte hoy es tremendo. Asfixia, pero me gusta, me llena su aroma, su olor, su esencia, lamo agradecido sus empeines y le levanto las piernas para lamer sus plantas, exquisitas, tersas y deliciosamente apestosas.

Eric se levanta y deja caer su short, no trae ropa interior, ¡ha jugado con sus pelotas al aire todo este tiempo! Y lamento no haberlo visto con su verga meneándose debajo de su holgado short durante el juego. El aroma de su Verga es sublime, se la huelo antes de comerla, la admiro, huelo sus huevos, el tacto de mi nariz con sus partes nobles se la pone dura… he esperado tanto que quiero saborearlo antes de comerla. Me la meto a la boca, Eric hace ese suspiro sonoro y ronco que acostumbra - ahhhhh- es el hombre y así me lo demuestra, con un rugido de León que somete a todos los animales de la selva haciendo notar su presencia.

Yo, SU faggot, le mamo la verga, la como, la lamo, la consiento rápido y con fuerza, con hambre, demostrándole cuánto la he deseado, la siento mía aunque sé que yo soy el que le pertenece… la adoro con mi boca, entra y sale, la lamo, la admiro y miro a los ojos a Eric con la devoción de un verdadero esclavo… es lo que soy ahora, un esclavo de su verga, y mi Dueño, mi Alfa, me ha enseñado a desearla y a comerla con gratitud cuando él me lo permite.

-Te tengo una sorpresa- dice caminando a su locker, saca un lubricante, me arrastro hasta sus pies y se los besó agarrando sus tobillos - Gracias Señor, muchas gracias- le digo con verdadera gratitud.

-Empinate perrita- me dice sonriendo, casi con ternura- pon tus manos sobre la banca.

Obedezco abriendo bien mis piernas, Eric se agacha detrás de mi, y entonces sus manos.. ufff… sus manos que siempre me han cautivado se vuelven en mis dueñas, mis amas, mis captoras:

Siento sus enormes dedos sujetarme los glúteos y sus enormes manos en contacto con mis nalgas jalándolas hacia afuera, empujándolas con autoridad, con fuerza, con poder, el Hombre toma posesión de su fag abriéndolo por completo, empujo mi culo hacia él respondiendo a su poder y siento su lengua rasposa y larga mojarme las cola… sus dientes castigan la parte interior de mis nalgas y me besa con autoridad y dominio…

Despacio va dirigiendo su lengua hacia mi ano- ¡ay! - exclamo sin poder respirar, lo come delicioso. Mientras lo hace me imagino cuántas vaginas habrá mojado con esa lengua prodigiosa… sus manos gigantes no me sueltan, de hecho me abren más y siento que mi culo se jala a los lados mientras su lengua pasa por el contorno y luego lo lame todo de arriba a abajo, repetidas veces… su lengua se va metiendo despacio en él y siento más que cosquillas, un tremendo estremecimiento me recorre desde el ano hasta la nuca…

Estoy más que excitado estoy delirando de placer, sudo y me retuerzo pero sus manos me mantienen sujeto, controlando mis movimientos, estoy prensado por mis nalgas como si un águila me sujetara con sus garras para devorarme como su presa.

Me suelta las nalgas y repliega su lengua, toma el tubo de lubricante y se embarra los dedos, lo siento masajear mi culo con verdadera pericia- ábrete las nalgas- me ordena y obedezco, me abro las nalgas con ambas manos ofreciéndome a mi Alfa, entregándome completamente a él.

Sus dedos gruesos y largos, duros me masajean el ano y luego me mete uno de ellos- ahhhh ahhhh -comienzo a gemir como una auténtica puta y recibo como castigo una fuerte nalgada con aquella tremenda palma de su mano- ¡callado!- me ordena

Su dedo se gira y se retuerce dentro de mi, me coge con su dedo, se siente como un dildo de considerable grosor que me abre y me dilata dándome muchísimo placer…

Eric me saca el dedo y lo siento meterme dos… me empino más para que me entren y me abro con las manos más las nalgas presa de mi lujuria…

Los dos dedos entran con decisión, como un aparato mecánico que cumple su función con exactitud. Me abren, me excitan… me calientan… me preparan para él.

Cuatro nalgadas me caen en los dos glúteos al mismo tiempo y siento la gloria … sus manos son tremendas… son manos de un Hombre… de mi Dueño… de mi Señor.

Con esas poderosas manos me agarra la cintura, como su puta, dirige la punta de su verga en mi ano sin necesidad de agarrarla, está bien dura y lista para atravesarme. Me la empuja en el ano y presiona… y presiona… y presiona avanzando y avanzando con firmeza y decisión hacia adentro agarrándome fuerte ambos lados de la cadera con sus manos gigantes.

La siento entrar hasta el fondo, es muy gruesa, pero no se detiene, sin lastimarme me hace saber que él es quien manda y su placer es primero.

Lo escucho respirar agitado y luego comienza a embestirme con fuerza, con sus manos controla mis movimientos: me hace ir adelante y atrás ligeramente, con ritmo, me dejó conducir obediente y sumiso, mantengo mis manos en la banca pero solo por tenerlas ocupadas, sus manos me sostienen y me mantienen de pie.

Me suelta la cadera sin dejar de embestirme, me agarra los pezones y los aprieta… otra vez sus dedos grandes hacen que mis pezones se sientan pequeños e indefensos en sus manos, los aprieta duro, como hombre, me duelen y el dolor me excita - ahhhh- grito y esta vez no me reprime, acelera sus embestidas respondiendo con calentura a mis quejidos de fagot.

Mueve sus brazos y mientras uno me abraza como para darme calor la mano del otro me sigue pellizcando el pezon con fuerza, lo jala, lo estruja, lo aprieta, lo tortura… pero el calor de su brazo fuerte, la sensación de su bíceps en mi pecho y de sus pezones en mi espalda compensan el dolor. Me siento cuidado y usado, violado y consentido, mi cabeza explota mientras mi cuerpo como un muñeco de trapo se mueve al ritmo de sus embestidas.

Sin dejar de cogerme me incorpora para que quede mi espalda pegada a su pecho, así se siente más duro la cogida, pero el obtiene más placer, me pone contra la pared pegando mi pecho a la loza fría, y mientras me sigue dando duro me sube los brazos y los sujeta de las muñecas contra la pared… soy su prisionero, lo he sido todo este tiempo que me hizo hacer tanto para ganarme el honor de su verga… paro las nalgas en señal de entrega y sumisión mientras su verga sigue lijándome el culo… sé que me está premiando con esa cogida; una nalgada más y siento que exploto pero contengo las ganas del orgasmo porque sé que primero está él.

Ahí con mis manos extendidas hacia arriba, sostenidas por sus fuertes manos Eric comienza a aullar y a exhalar con furia- ahhhhh ahhhhh ahhhh puta, te voy a preñar- me dice al oído y luego me muerde la oreja con furia haciéndome gritar de dolor.. mi grito es el último ingrediente para su orgasmo perfecto… me embiste más fuerte y luego se para, empujándome con la verga contra la pared, la mete con fuerza hasta el fondo y deposita su semen dentro de mi, siento el chorro abundante y fuerte lanzarse hacia dentro de mis entrañas, luego otro empujón de verga seguido de un gemido, luego otro y otro. Me suelta las muñecas pero yo sigo con las manos arriba obediente… me la empuja una vez más y una vez más… la saca y me da una nalgada durísima, siento que su mano se queda marcada en mi glúteo que podría jurar es del mismo tamaño.

-A bañarnos fag- me ordena. No esperaba que me dejara masturbarme después de que se viniera, ya no hay sorpresas. He aprendido lo que soy y cuál es mi lugar.

Mientras nos bañamos entra un profesor a usar las regaderas. Su presencia nos cohibe un poco.

Eric se termina de bañar antes que yo y me entrega una toalla que ha traído para mi, de esta manera no hay sospechas de mi presencia en el vestidor.

Mientras el profesor se sigue bañando Eric me entrega en el locker una jaula de castidad, de esas invertidas que anulan por completo las vergas.

-Póntelo- me ordena y trato torpemente de hacerlo, me gano una cachetada bien dada que con el tamaño de su mano no puede ser poco dolorosa, Eric se agacha rápido a ponerme la jaula y finalmente quedo sin verga. Eric me muestra la llave antes de guardarla en su bolsillo y luego corro a los sanitarios con mi jaula puesta para ponerme la ropa.

Cuándo voy a ponerme el bóxer Eric me dice- tira eso, me va a estorbar cuando quiera usarte, a partir de hoy no usarás nada debajo del pantalón.

-Si Señor- respondo poniéndome el pantalón a toda prisa para que el profesor no vea mi jaula.

Pocos minutos después salimos del vestidor y caminamos por el gimnasio, están apagando las luces porque la universidad va a cerrar.

-Mañana te quiero a las diez para que laves mi ropa - me ordena- y quiero que llegues con las nalgas y el culo bien rasurados- añade - no me gusta comer culos peludos.

Eric me aprieta la nalga y al no traer ropa interior debajo la sensación es intensa- me da gusto haberte encontrado fag- me dice

-¿En verdad Señor?- pregunto emocionado de escuchar ese halago

-Claro, es mucho mejor coger fags que coger viejas: no tengo que invitarte a cenar, no hay peligro de que te embaraces y de paso mantienes mi casa limpia y ordenada. Hasta mañana puto- me dice dándome una buena nalgada que me hace trastabillar hacia adelante antes de caminar hacia su coche en el estacionamiento del gimnasio.

Lo veo partir a toda prisa, montado en su coche como un verdadero Alfa, después subo al mío, despacio, feliz, deseando que el ardor que me dejó en la nalga aquella enorme mano que tanto me excita no se me pase nunca…

Fin