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Solo_para_usted. Primera parte.

Escrito por: lulu_1

Castigo psicológico Crossdresser Depilados Femeninos Feminización Humillación Malotes Trans

Estoy conduciendo mi coche, me dirijo a la casa de mi amo, que conocí en una web, y con el que llevaba ya un tiempo chateándome y haciendo pequeños juegos online. Desnudarme, toquetearme y pasar pequeñas pruebas. Mandándole después fotos de todo, para demostrar lo realizado y para que disfrutase viéndolo. (Sin desvelar nunca mi identidad. Nada de fotos de cara), Pero eso ya había terminado, me había ordenado ir a su casa y tener nuestro primer cara a cara. Y en eso estaba.

Aparco el coche. Estoy tremendamente nerviosa, ya que soy primeriza y no había hecho nada parecido antes. Tan primeriza soy que jamás había estado con un hombre, por lo que sí, todo lo que pasase iba a ser mi primera vez. Pero ya no hay marcha atrás. Busco su portal, llamo a su puerta, me abre y me dice:

-Amo: “Hola Lulú, me alegro de verte por fin en persona. Pasa” -Lulú: “Hola mi señor” (así es como me había indicado anteriormente que debía dirigirme siempre a él, como "mi señor" o "mi amo"), “yo también me alegro de estar aquí.”

No describiré como es él físicamente, eso no tiene la menor importancia, solo es necesario saber que es mi amo, el ser, el hombre, el macho, al que voy a entregar mi cuerpo y mi mente.

Me hace pasar a la cocina, muy amablemente me ofrece un café y sentados al lado uno del otro alrededor de la mesa, charlamos un rato sobre nosotros, los juegos online que hemos hecho hasta ahora, lo que él espera de nuestra relación, lo que espero yo, etc. Esta charla me ayuda a relajarme y a coger la confianza final que necesitaba para dar este último paso. En un momento dado me pregunta.

-Amo: “¿Entonces Lulú, te animas a tener una primera sesión conmigo, aquí y ahora?”

Yo no acierto a decir nada, simplemente guardo silencio, agacho la mirada y hago un pequeño gesto de afirmación con la cabeza. Eso era todo lo que él necesitaba. Lo siguiente que hizo es levantarse de la silla, acercarse justo hasta mi lado y en un tono, serio, seco, firme, directo y hasta arrogante, muy distinto al tono agradable y afable que había usado durante nuestra conversación de café, me dice.

-Amo: “Levántate ahora mismo de la silla.!!!”

Yo, sin decir nada, me levanto, y quedo justo frente a él. Entonces con una de sus manos me agarra la cara, la estruja, y acercándomela hacia su propia cara, hasta casi tocarse la punta de nuestras narices, me dice en el mismo todo que antes.

-Amo: “Ahora eres mía, eres totalmente de mi propiedad, y como tal harás todo lo que te ordene sin rechistar. Tu única finalidad de ser, es cumplir mis órdenes y deseos.¿ A quedado claro? !!!” - Lulú: “si mi amo.”

Apenas alcanzo a responder, ya que su mano seguía presionando mi cara y no me dejaba hablar con normalidad. Bueno, por eso y por el susto inicial que me llevé ante su reacción y su forma de tratarme.

-Amo: “Muy bien mi putita. Lo primero que vas a hacer es recoger todo este desastre de cocina. Tazas, platos y demás y fregarlo todo. Quiero tener la cocina ordenada y limpia. Ale!, ponte ello.”

Seguido, me da un piquito en mis labios deformados por la presión ejercida por su mano, y después me suelta la cara. Yo me puse a recogerlo todo y a llevarlo al fregadero. Y luego empecé a fregarlo todo. Él se limitó a sentarse al fondo de la cocina y a observarme atentamente. Cuando ya había fregado la mitad de los cubiertos, se levantó de la silla y sin decir ni una palabra se puso justo detrás de mí. Yo no le veía al estar justo a mi espalda, y por supuesto no me atreví a girarme. Yo seguí con mi tarea. Imagino que estaría analizando más de cerca el 'material' que tenía ante sí. En un momento dado, siento un fuerte azote en una de mis nalgas, y un segundo después en la otra. Las dos nalgadas resonaron por toda la cocina, y entre la sorpresa y el dolor salieron dos grititos de mi boca. Incluso casi se me cae uno de los vasos que estaba fregando.

-Lulú: “¡Ay!, ¡Ay!.” Dije.

Lo siguiente que hizo es agarrarme fuertemente el culo, cada cachete con una mano, a modo de garra, y pegar todo su cuerpo a mi espalda. Acercando su boca a mi oreja, me dice suavemente.

-Amo : “Muy bien putita. Termina de limpiar todo esto. Yo me voy al salón, cuando termines con tu tarea aquí, vete a buscarme al salón que estaré esperándote.”

Yo afirmé con la cabeza. Entonces me suelta el culo y se marcha al salón. Yo seguí con mis tareas de limpieza. Mientras las realizaba, meditaba sobre lo que había ocurrido, y mis sensaciones.

Estaba ligeramente asustada, pero sobre todo estaba sofocada y excitada. La actitud tan decidida y dominante de aquel hombre hacia mí, como me había tratado, hablado y tocado, me había dejado anulada, solo pendiente de cumplir sus órdenes y su voluntad. Y en el fondo eso era justo lo que yo buscada. Tras seguir un rato con mi tarea, terminé de ordenar y limpiarlo todo. Tras terminar, cogí una gran bocanada de aire, me armé de valor y me dirigí al salón como me había ordenado. Él estaba sentado en el sofá viendo la tele. Según me vio entrar, apagó el televisor, y me dijo

-Amo : “¿si?” -Lulú : “Como me ordenó, ya he terminado con la limpieza de la cocina, mi señor.” -Amo : “Muy bien Lulú. Ponte en medio del salón.” -- me ordenó --

Yo me sitúe en medio del salón, de pie, mirando hacia él.

-Amo : “Ahora te daré una serie de instrucciones generales. Así que escucha atentamente.”

Afirmé con la cabeza

-Amo : “Cuando estés ante mí, tu actitud será siempre sumisa. Cabeza gacha, mirada al suelo, y manos juntas. Como nunca te cubrirás ante mí, si estoy delante de tí, las manos las juntarás detrás de tí, y si estoy detrás, las juntarás delante. Así podré verte siempre bien todo y tendré acceso directo, fácil y rápido a cualquier parte de tu cuerpo que desee. Si estás de rodillas en el suelo, la actitud será igual pero las manos las tendrás siempre sobre los muslos. ¿Entendido?” -Lulú : Sí, mi señor.

Tras oír esto, agaché la mirada al suelo y junté las manos a mi espalda.

-Amo : “Siempre me responderás con un, "si mi señor" o "si mi amo". Y en cualquier caso siempre con máximo respeto y tratándome de usted.” -Lulú : “Sí, mi amo.” -Amo : “Otro punto importante. Como norma general, ante mí, siempre estarás completamente desnuda. Por supuesto, todo esto, a no ser que yo diga lo contrario.”

Al oír el tema de la desnudez, me dio un vuelvo el corazón, por la sorpresa inicial, la excitación y al saber lo que implicaba. Tras esta primera sensación, levanté ligeramente la vista y me quedé mirándole, como diciendo. ¿y ahora qué? Él entendió perfectamente mi gesto, y riéndose me dice.

-Amo : “JAJAJAJA !! Sí sí, lo sé, ese asuntillo lo solucionamos ahora. Pero primero de todo. ¿Has hecho los deberes?” -Lulú : “Sí, mi señor.” -- respondí –

Con "los deberes", se refería a si me había depilado como a él le gustaba. Es decir, rasurada todo el cuerpo completamente, dejando solo una pequeña línea de pelito vertical encima del sexo.”

-Amo : “Muy bien. Pues ahora te vas a desnudar para mí. Pero no lo vas a hacer sin más. Me vas a hacer un estriptis privado. Voy a ponerte una canción que seguro vas a reconocer, y me vas a hacer un espectáculo solo para mis ojos. ¿Entendido putita?”

Yo asentí con la cabeza.

-Amo : “Espero que te esfuerces y hagas algo que merezca la pena mi tiempo.”

Entonces cogió su móvil y puso una canción que reconocí enseguida. Era de la banda sonora de 9 semanas y media. La canción de Joe Cocker. Mítica escena de kim Basinger. Según empezó a sonar la canción, por la sorpresa y la vergüenza, me quedé quieta, petrificada, sin saber que hacer. Nunca había hecho un estriptis y estaba un poco descolocada. El amo al ver que no hacía nada, me miró enfadado e hizo un gesto con la mano para que hiciese algo. La reprobación de mi amo hizo que reaccionase y empezase a moverme a ritmo de la música. Empecé a contonearme, a menear mis caderas, a hacer giros, y moverme todo lo sexi que podía. A la vez de esto, empecé a quitarme ropa poco a poco. Primero la chaquetita, luego el calzado, luego una camisa ajustada. Primero me quedé desnuda de cintura para arriba, y luego me bajé pantalón vaquero ajustado que llevaba. Quedándome finalmente solo con unos slips. Así bailé un poco más, haciendo poses sexis, jugueteando con mis pechitos, etc. Luego llegó el momento de quitarme la última prenda. Para ello, me puse de espaldas cerca de él, sin doblar las rodillas, con lo que mi culo quedaba en alto. Empecé a bajarme la prenda lentamente, en pequeños y lentos tirones, y en cada tirón meneaba mi cadera de una en otra dirección. Hasta que llegué a poner mi prenda íntima a la altura de los tobillos, donde también puse mis manos, y terminé quitándomela del todo. Luego, la recogí del suelo, me incorporé, y con una sonrisa de chiquilla picantona, se la arroje directamente hacia él, lo cual le gustó, ya que la recogió y se la guardó en el bolsillo. Ahora ya estaba completamente desnuda. Pero la canción continuaba, así que seguí bailando, pero ya haciendo las poses mas sexis, provocativas y descaradas posibles, y en las que le enseñaba ya sin tapujos mis partes más íntimas, ya que previamente había jugado a insinuar y no solo enseñar. Me llegué a poner a cuatro patas con el culo en pompa hacia él, con lo que seguramente pudo apreciar claramente mi agujerito. También me tumbé boca arriba, levantando luego ambas piernas y las abriéndolas en V, dejando todo mi sexo completamente expuesto ante sus ojos. Todo ello intentando compaginarlo con el ritmo de la música. Durante el baile, me di cuenta que mi amo lo estaba disfrutando de verdad, su miraba estaba fija en mí, sin perder detalle. Esa mirada llena deseo, con ojos lascivos, como un depredador que fija su objetivo en la presa, que tanto anhela cazar. Llegué a ver como se tenía que acomodar el paquete. Supongo que algo empezaría a despertar por allí abajo y necesitaba colocarlo adecuadamente para no estar incómodo. En un momento dado, reconocí el final de la canción y justo terminé al son de la música, con una pose picantona y sexi. De pie, sacando culito, mordiendo un dedo y guiñándole un ojo. Me quedé en esa posición por unos segundos, pero ahora todo estaba en silencio, ya que la canción había terminado. Estaba expectante de ver cuál era su reacción. Tras unos segundos que se me hicieron eternos, el amo empezó a aplaudir lentamente, como recreándose, asintiendo con la cabeza a modo de aprobación. Quedé aliviada y satisfecha al ver que le había gustado. Entonces me puse delante de él, como me había indicado que debía hacer. Cabeza gacha y las manos atrás. Pero claro. Ahora estaba completamente desnuda, a apenas un metro de él. Dejó de aplaudir y me dijo.

-Amo : “Muy bien Lulú. Me ha gustado mucho tu actuación. Creo que vas a valer para esto y que voy a disfrutar mucho contigo. Acércate hacia mí.” – me ordenó --. Y eso hice.

[continuará…]

Solo_para_usted. Primera parte.

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