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Solo_para_usted. Segunda parte.

Escrito por: lulu_1

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[Para tener contexto de lo acaecido anteriormente, leer relato: Soloparausted. Primera parte.]

Di un par de pasos hacia él y me quedé justo delante de sus pies. Todavía sentado, acercó su cabeza para ver y apreciar mi cuerpo desnudo, muy muy de cerca. Seguido, alargó sus manos y empezó a tocarme. Empezó por la parte de abajo, casi los tobillos, y fue subiendo poco a poco. Parecía claro que no quería dejarse ninguna parte sin explorar, sin acariciar. En poco tiempo, estaba ya en mis muslos. Ante esto, yo estaba sintiendo nuevas sensaciones. Al estar total y recientemente depilada, sus manos se deslizaban suavemente sobre mi fina piel. Las caricias variaban desde suaves y dulces, hasta fuertes apretones y pequeñas cachetadas que ponían mi piel roja. Al notar sus caricias, sentía una especie de escalofrío, el cual aumentaba según se acercaba a zonas más sensibles. Entonces, simplemente cerré los ojos, y me entregué al placer de sentir el calor de sus fuertes manos sobre mí. Siguió subiendo sus manos hasta llegar a mis caderas, y de un solo giro violento, me dió la vuelta, dejando mi culito ante sus ojos, a pocos centímetros de su cara. Entonces empezó a acariciarlo, alternando suaves caricias, con fuertes estrujones. También me propinó algunas cachetadas, que hacían temblar mis nalgas, y me llegó a morder mis nalgas, marcando sus dientes sobre mi blanca piel. Luego separó mis nalgas para analizar todo con detalle. Acarició suavemente mi agujerito con el dedo. De repente, separó con fuerza, todo lo que pudo mis dos nalgas, y sentí como su húmeda lengua se ponía a jugar en la entrada de mi agujerito, incluso hizo alguna presión con la puntita de su lengua justo en la entrada del mismo, pero como era virgen y estaba todo muy apretadito, no pudo entrar. Después de jugar un rato más con él, me volvió a dar media vuelta y me puso de nuevo frente a él. Aquí, debió gustarle y llamarle la atención la forma de arreglarme el vello púbico (como ya comenté, solo me dejé una pequeña línea vertical de pelo), ya que estuvo jugueteando con él un rato, lo acariciaba, lo estiraba y lo volvía a peinar para dejarlo bonito. También acarició suavemente durante un rato mi parte más íntima, excitándome por completo y mostrando como era mi sexo completamente excitado. Tras esto, lo manipuló a su antojo durante un tiempo. Después de disfrutar un rato de estas zonas tan erógenas, decidió pasarse a la parte alta de mi cuerpo. Para tener mejor vista y acceso a toda esta nueva carne por explorar, se levantó del sofá, y se puso de pie frente a mí. Empezó sus carias pasando suavemente sus dedos por mi espalda, y luego por mi pelvis y la tripa, pero enseguida se centró en mis pechos. Cubrió mis pechitos completamente con sus manos, y empezó a amasarlos, primero suavemente, luego con más fuerza. Me ordenó que pasase lo brazos hacia delante y que inclinase lo hombros ligeramente también hacia delante. De esta manera, más carne de amontonaba en la parte delantera del pecho, y así parecía que el tamaño de mis senos era mayor. Al tener ahora más carne a su disposición, agarró firmemente mis pechos con ambas manos y empezó a hacer pequeños giros a un lado y a otro, con un gesto como si considerada mis tetitas unos limones a los que quería extraer hasta la última gota de zumo. Después de un rato acariciando, comprimiendo, amasando y maltratando mis pechos, decidió que era hora de prestar especial atención solo a los pezones. Empezó acariciándolos suavemente con la yema de un dedo, haciendo círculos, para luego, cogerlos entre dos dedos y pellizcarlos. Esto producía en mí que diese pequeños respingones, casi saltitos, cada vez que apretaba más de la cuenta, acompañados de un pequeño ruidito por mi parte, mitad quejido, mitad gemido. Luego, decidió que quería probar a que sabían mis pechos. Así que acercó su lengua y empezó a dar pequeños lametones a mis pezones, primero uno y luego el otro. Siguió lamiendo el resto del pecho. Luego ayudándose de una mano, apretó un pecho para hacerlo resaltar más, y poder meterse una mayor cantidad de carne fresca en la boca, para seguidamente, succionarlo, mordisquearlo, lamerlo. A continuación, se volvió a centrar en mis pezones, y empezó a mordisquearlos, y más tarde, decidió chuparlos y succionarlos, como si quisiese sacar leche de ellos. Esto dejó mis pezones todo excitados, duros y torturados, mis 2 pechos todo babeados y rojitos de tanto tejemaneje. Se había excitado tanto que estaba empezando a perder el control, comportándose cada vez más como un animal y no como una persona. Si, como un animal hambriento, que devora con ganas y rabia una presa que acaba de cazar y que sabe que va a acabar con su hambruna. Mi amo siguió subiendo su lengua hasta llegar a mi cuello, que trató de manera similar a como lo hizo con mis pechos. Entre mordisco y mordisco, entre lametón y lametón de mi cuello, me decía ya totalmente fuera de sí.

-Amo : “oohhh Lulú, como me pones, me encanta tu cuerpo. Me vuelves loco.”

Y mientras seguía entreteniendo su boca con mi cuello, llevó las dos manos a mi culo y me apretó contra su cuerpo. Tenía sus manos ancladas en mi culo, como dos garras, incluso notaba como se me clavaban sus unas en él. Llegó incluso a hacer movimientos con su cadera como si me estuviera follando, clavando y frotando su paquete contra mí. Yo seguía medio hipnotizada, disfrutando de la situación, con los ojos cerrados y haciendo algún ruidito de gusto de vez en cuando. Luego se le antojó probar mi boca. Así que, decididamente, dirigió su boca hacia la mía, y empezó a besarla. Mas que besos eran babeos y lametones, primero sobre mis labios y la parte más externa de mi boca, pero luego decidió explorar con su lengua hasta el último rincón de mi boca, y cuanto más profundo lo hacía, más parecía disfrutar. El tener su lengua profundamente introducida en mi garganta, produjo que saliese de mi estado medio hipnótico y pasivo. Sentí asco por tanta saliva ajena en mi boca y esa lengua gelatinosa haciendo movimientos ahí adentro, incluso me dio una pequeña arcada. Casi de forma instintiva, reaccioné apartando su cara de la mía y dándole un pequeño empujón, para alejarlo de mí. Según hice esto, me quedé mirándole paralizada y asustada, esperando su reacción. No lo hice pensando, fue casi un acto reflejo, pero ya estaba hecho. Mi Amo, al verse expulsado y privado de su banquete de la manera más abrupta e inesperada, se enfureció mucho, y me gritó:

-Amo : “¿Pero qué te crees que estás haciendo?. ¿Como te atreves a rechazar a tu amo?, Mi cuerpo, mis manos, mi boca, mi lengua y mis fluidos !!!. Todo eso debe ser sagrado para tí !!!”

No acerté a responder a su pregunta, y simplemente me quedé mirándole, medio balbuceando.

-Lulú : “Yo…, yo, … ehhhh”

A el amo, no le debió de gustar mi respuesta ni mi actitud, porque sin pensárselo dos veces, me dio un gran tortazo que me cruzó la cara. Este tortazo me dejó en shock. Hasta ese momento, mi amo se había limitado a darme unos cachetes, pero este había sido un señor sopapo que se escuchó en todo el salón, y literalmente, me había cruzado la cara. Solo acerté a llevarme la mano a la mejilla agredida, y a acariciármela suavemente para intentar aliviar un poco el dolor.

-Amo : “Si no te sabes comportar, ni sabes como complacer a tu amo, ya te educaré yo para que aprendas, pero por las malas !!!!. Abre el segundo cajón de la cómoda y traerme lo hay dentro.” --me ordenó.--

Yo me acerqué a la cómoda, todavía frotándome la mejilla. Dentro del cajón encontré una cuerda fina y larga y una larga regla de madera, de las que antiguamente usaban los profesores. Cogí ambas y se la entregué a mi amo, y me puse en posición de espera.

-Amo : “Cuando un perro muerde a su amo, se le pone un bozal o se le quitan los dientes. Siguiendo esta filosofía, tú me has rechazado usando ambas manos, Así que serán esas manos las que castigue.”. “Alarga los brazos y pon las palmas de tus manos hacia arriba”

Así lo hice sin decir nada.

-Amo : “Creo que el castigo justo son 10 reglazos, 5 por apartarme la cara y despreciar mi boca y mis besos y 5 por empujarme ”.“Pero recuerda que esto no es una agresión, te estoy educando, así que cada vez que te dé un reglazo me darás las gracias por educarte y llevarte por el buen camino. ¿Entendido?” -Lulú : “Sí, mi amo”

Se situó a mi lado, acercó la regla a mis manos, y me dio el primer varazo. Instintivamente me quejé y recogí mis manos contra mi cuerpo, como queriendo protegerlas.

-Amo : “Si recoges las manos, volveré a contar desde el principio. ¿Entendido?”

Ni siquiera respondí, me limité a volver a poner las manos juntas delante de mí, con las palmas hacia arriba. Animándome a mí misma a no moverlas las próxima vez.

-Amo: “Uno !!!”, -- dijo, dándome un nuevo varazo al unísono.

Tras quejarme ligeramente dije.

-Lulu : “Amo, gracias por educarme” -Amo: “Dos !!!”, -- dándome otro reglazo -- -Lulu : “Amo, gracias por enseñarme como debo comportarme” -Amo: “Tres !!!”, -- otro reglazo más -- -Lulu : “Amo, gracias por permitir aprender de su infinita sabiduría”

Y así seguimos hasta que contó 10.

-Amo: “Diez !!!”, -Lulu : “Amo, gracias por dedicar su valioso tiempo en mi”

Tras esto, volví a la posición de espera estándar.

El amo se me quedó mirando, pensativo y me dijo:

-Amo : “Creo que tu formación no está completa. Debes aprender que darme placer es tu prioridad, si tú obtienes placer o no te gusta algo, es lo de menos”. ”Por ello voy a castigar el símbolo del placer que has obtenido, maldita desagradecida”

En ese momento no entendí a que se refería. Pero lo hice enseguida.

-Amo : “Abre las piernas” – me ordenó --.

Yo lo hice inmediatamente. Entonces hizo algo inesperado para mí. Metió su mano por debajo, entre mis piernas abiertas, bien al fondo, y agarró desde atrás mis testículos, que arrastró hacia adelante lo máximo que pudo, y los juntó con mi cosita que todavía estaba erecta de la sesión de toqueteos anterior.

Sujetó todo junto con fuerza, y con la cuerda que previamente le había entregado, lo anudó todo a la altura lo más cercano a mi cuerpo que pudo. Terminó haciendo un lacito para dejarlo todo bien sujeto. En la práctica, había aprisionado todo mi sexo en un anillo, con el extra de tener una especie de correa, ya que la cuerda que utilizó era larga y sobró un trozo muy largo.

Mi amo, utilizando la cuerda como una correa de perro, pegó un par de pequeños tirones, como para comprobar que todo estaba bien sujeto. Luego tiró hacia arriba de la “correa”, estirando mis genitales en esa dirección, y haciendo que yo me pusiese de puntillas en un vano intento de limitar la presión sobre mis genitales. Esos torpes gestos míos por limitar el efecto de la cuerda y los tirones, le hicieron gracia a mi Amo y se río durante un rato. Entre la presión de la cuerda y los tirones, aquello se estaba poniendo cada vez más colorado, e incluso parecía tomar un tamaño mayor de lo normal.

Tras contemplarme en silencio durante unos segundos, me dijo:

-Amo : “Vamos a dar un paseo, perrita”

Y tirando de mi a través de la cuerda, me empezó a pasear por su casa, de una estancia a otra. Dando pequeñes tirones en la cuerda cada vez que quería cambiar de dirección.

-Amo : “Una pena que no pueda pasearte así por la calle. Otros presumen de coches deportivos, o de ropa cara, pero yo presumiría de perrita”. “Pero bueno, me conformo con pasearte por interiores, JEJEEJE.”

Después de recorrer varias veces la casa de un lado a otro, volvimos a la cocina. Una vez allí, se sentó en el sofá y me dijo.

-Amo : “Bueno, creo que por ahora es suficiente, quítate el lazo”

Tiré del lazo y lo desenrollé todo, liberando mi sexo, lo cual me alivió mucho.

-Amo : “Vale, ahora una última cosa más. Ya que te has comportado como un animal revolviéndote contra tu amo, andarás como un animal, así que ponte a 4 patas y te moverás a partir de ahora así, hasta que yo te lo diga. ¿Entendido?”

-Lulú : “Sí, mi amo”.

Y me puse en el suelo a 4 patas.

Tras esto, el Amo se sentó en el sofá, encendió el televisor, y me dijo.

-Amo : “Vete a la cocina y tráeme una copa de vino”.

Andando a 4 patas fui a la cocina, preparé la copa, y como buenamente pude, y teniendo cuidado de no tirar nada, volví al salón, también a 4 patas. Me puse a su lado, junto al sofá, y puse una pose como el que ofrece una ofrenda a su dios, de rodillas y con la copa en las manos. Así me quedé quieta, ofreciéndole la copa.

Estuvo así un rato largo viendo tranquilamente la tele y haciendo zapin, bebiendo de la copa cuando le apetecía, y volviendo a dármela cuando terminaba. Volviendo yo a ofrecérsela de la misma manera.

Mientras tanto, yo pensaba, que era lo próximo que sucedería, y me hacía el propósito de que no podía volver a rechazar a mi amo, como hice anteriormente. Me reí internamente un poco, al pensar, ‘pues vaya, parece que el proceso de educación sí que ha tenido efecto, jeje’

[continuará …]

Solo_para_usted. Segunda parte.

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